domingo, 29 de mayo de 2011

La Actitud del Amo

Siempre estamos pensando lo de como se ha de comportar la parte sumisa de la relación, como ha de posicionarse, como responder, moverse , etc...
Igual de importante, si queremos crear el clima necesario, es la forma de comportarse que ha de mantener la parte Dominante. El saber estar en su sitio es la parte más importante de la clave del éxito.
Si el Amo en una sesión, da órdenes contradictorias o las cambia continuamente, solo creará dudas, la sumisa no sabrá que es lo que ha de hacer y se planteará si está ante un Amo de verdad o incluso se cerrará en sí misma y no se lo  tome enserio como Dominante. Lo mismo ocurrirá si el Amo duda cada vez que va a elegir una disciplina o algún objeto, esto les creará confusión y aparecerán los primeros nervios previos al desastre.
Para evitar esto lo más eficaz es planear concienzudamente la sesión previamente. Tener bien pensado el qué, el cómo y el  cuándo, evitando así titubeos y dudas, que no solo pueden hacer cuestionar la capacidad del Amo sino que además cortarán el ritmo de la sesión, pudiendo hacer que se evapore el clima logrado hasta el momento.
Nunca, creo yo, se deberán dar pistas de la futura sesión a la sumisa, siendo discreto al crearlas y también al intentar indagar si se le pondrá bien o será demasiado duro el encuentro conseguiremos crear el clímax de la sorpresa.
No solo hay que saber que se va a hacer, además es importante saber cómo se darán las ordenes, como nos expresaremos y nos moveremos en la habitación, es decir cuál será nuestra actitud en todo momento ante la sumisa. Imaginemos por un momento en una exhibición un Amo entrando en dudas...   ¡¡¡Patético...!!!
Un Amo ha de presentarse seguro de sí mismo, ha de mostrar en todo momento que sabe perfectamente que es lo que hace, sus movimientos y su voz así lo han de reflejar en todo momento.
El Amo debe  moverse por la habitación como propietario de su territorio, con seguridad, con poder. No puede ir con el temor de qué se encontrará tras una esquina como lo haría un ratón, ha de moverse seguro a cada paso, repitiéndose en sus adentros "yo soy el Amo", su voz a de reflejar esa misma actitud, ha de ser fuerte, segura, firme. No nos equivoquemos y creamos que por gritar o parecer enfadados pareceremos más poderosos, más bien al contrario estaremos mostrando nuestra inseguridad.
Siempre respetuosas se darán las órdenes secas, directas, claras y sin titubeos, mostrarán a la sumisa no solo quién manda sino además que quien lo hace sabe lo que está haciendo.
Con la ACTITUD adecuada, podremos crear un clima ideal, un ambiente en el que la sumisa se sentirá segura y dispuesta a vivir su entrega y el Amo se sentirá realizado y orgulloso de sí mismo.

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